La casa en la que crecí ha cambiado tanto que no sé andar a oscuras ni esconderme en frases contundentes y esquivas.
(no dan luz, a tientas por las escaleras).
Esta noche, unos minutos atrás, la voz más sencilla me ha hecho llorar en un taxi.
Y, sin más, han resucitado mis palabras.
1 comentarios:
Hacía tiempo que no me pasaba por aquí, a ver si lo retomas que mola mucho.
Buen finde.
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