
Voy a mudar la piel sin perder mi propia carne. El salón huele a cerrado y a tabaco, aunque por fin el gato se dignó a entrar en la casa. Siempre es un paso que el gato confíe en ti. Te mira. Maulla dándote la razón y sigue mirándote. No le importan los restos de la noche anterior. No observa la piel muerta sobre el sofá.
2 comentarios:
Será la edad, será la situación que vivimos, será la incertidumbre de nuestro futuro,...
El caso es que necesitamos soltar lastre y comunicar lo que llevamos dentro, sentir que aportamos algo de todo lo que podríamos dar y que, quizás de momento, el mundo se está perdiendo (peor para ellos).
Un saludo y muchos besos compi blogger!!
Tu gato es que es muy listo,
y muy viejo...
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